Jesús Pérez-Mirandaayudante de montaje
Minibio
Jesús Pérez-Miranda es Licenciado en Comunicación Audiovisual y Diplomado en Montaje de Cine y Vídeo por la ECAM. En sus 15 años de trayectoria profesional ha trabajando como montador en programas de televisión, ayudante de montaje en películas y series, y docente en escuelas como la ECAM, CICE, Trazos o CES. En 2016 fundó la empresa Cut People, especializada en flujos de trabajo e integración de soluciones de hardware y software para la industria de la comunicación y el entretenimiento.
¿Cómo has llegado a trabajar en este rol? ¿Has desempeñado otros puestos?
Aunque ya tenía experiencia en cortometrajes, mi primer proyecto profesional como ayudante de montaje llegó en marzo de 2016, cuando la montadora Verónica Callón me llamó para trabajar con ella en el largometraje “El Guardián Invisible”, la primera parte de “La Trilogía del Baztán”. Verónica y yo nos conocimos estudiando Montaje en la ECAM, pero nuestras carreras habían transcurrido por caminos distintos. Ella trabajaba montando series de ficción principalmente, y yo programas de televisión de no ficción, con alguna incursión en el mundo de las autopromos y los corporativos. “El Guardián Invisible” fue nuestra primera colaboración, y la verdad es que siempre le estaré muy agradecido por confiar en mí y darme la oportunidad de entrar en un mundo que siempre me había atraído mucho pero que por inercias de nuestra profesión cada vez me resultaba más inaccesible.
¿Cómo te has formado profesionalmente? ¿Piensas que en las universidades o centros de enseñanza se orienta bien este trabajo?
Mi primer contacto con el montaje fue en la universidad, a través de las prácticas de Comunicación Audiovisual. Montamos piezas de informativos con un sistema analógico de edición a corte bastante rudimentario. Y también un cortometraje de ficción y un piloto de TV en digital, con un software que se llamaba Speed Razor. Fue una formación básica pero me permitió descubrir la importancia del montaje, y eso me empujó a especializarme en esta rama del oficio en la ECAM. Allí hicimos prácticas en moviola de 35mm, sistemas A/B Roll, y por supuesto, Avid Media Composer. En cualquier caso, independientemente de cuáles sean tus inicios, creo que lo más importante es no perder la curiosidad y las ganas de aprender constantemente. A medida que va evolucionando la tecnología, surgen nuevas herramientas y flujos de trabajo, y siempre hay cosas que se pueden probar, mejorar o inventar. Al final, en esta profesión nunca dejas de aprender, y creo que ahí está gran parte de su atractivo.
¿Por qué es importante la figura del ayudante en tu opinión?
Mucha gente piensa que nuestro trabajo consiste en sincronizar, nombrar las tomas y poco más. Tareas mecánicas que actualmente se pueden automatizar mucho o incluso venir dadas de rodaje. Pero en realidad un ayudante es más que eso, y desempeña un papel clave en la postproducción de un proyecto audiovisual.
“Todos sabemos que los rodajes son una guerra, e incluso en producciones profesionales, te encuentras errores graves que hay que solucionar lo antes posible… Puede que el fallo no sea del ayudante de montaje, pero desde luego es su responsabilidad detectar este tipo de problemas y solucionarlos al momento.
¿Cuáles son las tareas de un ayudante?
Durante el rodaje, el ayudante es una especie de puente entre los equipos de rodaje y el equipo de montaje. Igual que el montador va premontando el material rodado diariamente para avisar al director de cualquier problema o necesidad que pueda surgir desde el punto de vista narrativo, el ayudante deber revisar minuciosamente el material recibido para asegurarse de que ha recibido todo correctamente y no falta nada. Para ello debe contrastar los partes de todos los departamentos (script, DIT, sonido, producción) y si hay inconsistencias, averiguar cuál es el motivo poniéndose en contacto con los responsables de cada departamento.
Todos sabemos que los rodajes son una guerra, e incluso en producciones profesionales, te encuentras errores graves que hay que solucionar lo antes posible. Por ejemplo, en una película rodada a 24 FPS, de repente te encuentras unos planos de dron que se han grabado a 29.97 FPS… Uno puede pensar que la intención es reproducirlos en slow-motion, pero en estos casos no debemos dar nada por sentado. Ante la duda, lo mejor es consultar con el DIT o la script para confirmar si ha sido una decisión intencionada o un error del operador. Otras veces te encuentras que faltan varios clips de una tarjeta. Y este es otro problema que debes detectar al momento, para que el DIT los renderice y te los mande cuanto antes. Si dejas pasar el tiempo, puede que ya sea demasiado tarde. Igual han tenido que vaciar el RAID de rodaje y el DIT ya no tenga acceso a esas tarjetas… O peor aún, se ha terminado el rodaje y el DIT ya ni siquiera está trabajando en el proyecto. Imaginaos si llega el director a la sala pidiendo ver una toma y resulta que no aparece por ningún lado. Puede que el fallo no sea del ayudante de montaje, pero desde luego es su responsabilidad detectar este tipo de problemas y solucionarlos al momento.
Otros errores habituales son encontrarte clips con LUTs mal aplicadas (que producen molestos saltos de luz en montaje), o clips con la metadata incompleta. Por ejemplo, si falta la metadata de Reel o es incorrecta, después habrá problemas para conformar el montaje en alta y hacer la corrección de color. Lo último que le deseo a mis compañeros de etalonaje es que tengan que conformar un montón de planos a ojo.
¿Qué otras tareas son responsabilidad del ayudante?
También nos encargamos de preparar los dailies para que los productores y otros departamentos puedan ver el material rodado. A mí personalmente me gustar hacer un timeline que incluya solamente las tomas buenas de cada secuencia. Para evitar que el visionado se haga muy largo, solo incluyo la parte que va desde el “acción” al “corten” (elimino las claquetas y los falsos arranques). Por supuesto, cada toma va identificada en pantalla con su Nombre, Reel y código de tiempo, para que todo el mundo sepa lo que está viendo.
A medida que avanza el montaje, también tenemos que interactuar con el resto de departamentos de postproducción (VFX, laboratorio, sonido, músico) y con los equipos de promoción. Como es lógico, cada departamento tiene sus necesidades y nos piden el material de una determinada manera. Así que no podemos enviar a todo el mundo el mismo copión. Hay que preparar cada entrega de una forma personalizada y con ciertas medidas de seguridad (marca de agua personalizada en pantalla, contraseñas, etc.). Además, los envíos para departamentos como VFX o el laboratorio, deben ir acompañados de listados con información detallada sobre los planos de efectos visuales y los efectos ópticos (reencuadres, flips/flops, efectos de velocidad básicos, etc.)
Con unos plazos cada vez más ajustados, no nos podemos permitir el lujo de esperar a tener el montaje aprobado para empezar a enviar materiales al resto de departamentos. Por eso es muy importante ir cerrando las secuencias con planos de VFX complicados para que se pueda ir avanzando en paralelo. Después, si hay pequeños cambios, debemos informar al resto de departamentos de qué ha cambiado exactamente para que puedan adaptar su trabajo a la nueva versión.
¿Varía mucho tu trabajo en función del proyecto?
Es cierto que las tareas básicas no cambian mucho de un proyecto a otro. Pero al final cada proyecto es distinto y te plantea retos particulares. Por ejemplo, las dos últimas películas de “La Trilogía del Baztán” (“Legado en los Huesos” y “Ofrenda a la Tormenta”) se rodaron simultáneamente, y casi todos los días había planificadas secuencias de ambas películas. En lugar de crear dos proyectos de Avid (uno para cada película), nos pareció más lógico trabajar con un solo proyecto.
Mi siguiente proyecto fue “La Línea Invisible”, que se montó con Adobe Premiere Pro. Lógicamente tienes que adaptar tu forma de preparar y organizar el material en función de la herramienta que tienes entre manos, y siempre intentas sacarles el máximo partido. Además, este proyecto tuvo la particularidad de que nos obligó a trabajar en remoto durante los cinco meses de rodaje, algo de lo que se está hablando mucho a raíz de la crisis del COVID-19.
La serie se rodó íntegramente en el País Vasco, y desde allí me enviaban a Madrid por mensajero el disco duro con el material de montaje. Al final de la jornada, una vez que tenía preparado el material, subía a la plataforma Pix tanto los dailies como los proxies y partes de montaje para que los montadores pudieran descargárselos: Jaume Martí desde Barcelona y Pablo Más desde Alicante. Todos trabajamos con el mismo sistema operativo y nos aseguramos de nombrar nuestros discos duros de la misma forma para que nadie tuviera que reconectar archivos al recibir material nuevo. Por seguridad, nos enviábamos los proyectos de Premiere por otra vía, en este caso Dropbox. Una vez que terminó el rodaje, Jaume y Pablo se vinieron a Madrid para trabajar con el director Mariano Barroso afinando y cerrando los seis capítulos de la serie.
¿Cómo es tu relación con los montadores? ¿Cómo trabajas con ellos?
Depende mucho del proyecto y por supuesto también de la persona. Yo siempre me adapto a las preferencias de los montadores, que para eso son nuestros jefes de equipo. Pero creo que en nuestro trabajo no debemos limitarnos a hacer solamente lo que nos pidan. Así que, si se me ocurre alguna idea para hacer más fácil y rápido el trabajo de montaje, no dudo en proponérselo a los montadores. Cosas tan sencillas como añadir un Marker al inicio de cada toma o retome, pueden ahorrar mucho tiempo a lo largo del proceso de montaje. O añadir las notas de script en el Bin. En cualquier caso, a nosotros no nos corresponde imponer una dinámica de trabajo. Cada profesional sabe cómo le gusta trabajar y eso es algo que debemos respetar. Al final es cuestión de dialogar y ponerse de acuerdo en cuál es la mejor manera de abordar el proyecto.
Antes el puesto de ayudante se entendía como un paso intermedio y necesario para llegar a ser montador, un medio para conseguir un fin. Pero hace tiempo que esto no es así, aunque obviamente siempre hay excepciones. Yo creo que debemos entender el trabajo de ayudante de montaje como una profesión con entidad propia, que como cualquier otra, requiere de una formación y experiencia específicas, como puede ser el trabajo de script o el de DIT.
¿Antiguamente entre montador y ayudante existía un vínculo de maestro/aprendiz, de enseñanza? ¿Crees que esto se está perdiendo?
Es cierto que la transición al digital ha influido en la forma de trabajar tanto del montador como del ayudante, pero creo que ha tenido una incidencia especial en nuestro trabajo, que se ha vuelto mucho más especializado. En parte, debido a lo rápido que cambia la tecnología, pero también porque los ayudantes han asumido tareas que tradicionalmente realizaba el laboratorio.
Antes el puesto de ayudante se entendía como un paso intermedio y necesario para llegar a ser montador, un medio para conseguir un fin. Pero hace tiempo que esto no es así, aunque obviamente siempre hay excepciones. Yo creo que debemos entender el trabajo de ayudante de montaje como una profesión con entidad propia, que como cualquier otra, requiere de una formación y experiencia específicas, como puede ser el trabajo de script o el de DIT.
Obviamente, la relación con los montadores es muy estrecha. Pero la enseñanza y el aprendizaje es mutuo. Ellos muchas veces nos consultan dudas técnicas sobre el software, que nosotros intentamos ayudarles a resolver. Y también suelen compartir su trabajo con nosotros y nos piden nuestra opinión respecto al montaje. Está claro que en la parte creativa somos los ayudantes quienes más tenemos que aprender. Pero como en todo trabajo en equipo, a veces se da la circunstancia de que una idea nuestra termina en el montaje final, y la verdad es que hace mucha ilusión poder aportar nuestro granito de arena también en el aspecto creativo.
¿Es un trabajo suficientemente reconocido?
En primer lugar tenemos el reconocimiento de los montadores, que son quienes más te valoran, y en la mayoría de los casos, quienes te llaman para trabajar en el siguiente proyecto. Pero también nos valoran mucho los coordinadores de postproducción, que trabajan codo con codo con nosotros, y saben de la importancia de nuestro trabajo. En alguna ocasión, me han felicitado también compañeros de otros departamentos como VFX, Etalonaje, Sonido o Promoción, y la verdad es que se agradece muchísimo y te motiva para seguir haciendo tu trabajo lo mejor posible.
¿Trabajas siempre para la misma productora?
A lo largo de mi trayectoria como ayudante he tenido ocasión de trabajar para diferentes productoras. Además de Nostromo Pictures, con los que hice las tres películas de “La Trilogía del Baztán”, he trabajado para Sentido Films, DLO Producciones, Bowfinger Entertainment Pictures… vamos donde nos lleva el trabajo. En cuanto a las condiciones, normalmente firmamos un contrato laboral (por obra o servicio) y la remuneración es semanal.
¿Cómo está el sector en cuánto a la situación laboral en la actualidad? ¿Consideras que es un trabajo en peligro frente a la necesidad de reducir presupuestos?
Es cierto que la presión por ajustar los presupuestos lleva a algunas productoras a realizar algunas prácticas cuestionables. Como por ejemplo, dar de alta al ayudante un día o dos después de que haya empezado el rodaje … Pero en la práctica no me parece la mejor estrategia. Porque si los ayudantes no asistimos a las reuniones técnicas (con producción, el DIT, sonido, el coordinador de postproducción, el estudio de VFX y el laboratorio), ni tampoco podemos realizar pruebas antes de que arranque el rodaje, al final van a surgir imprevistos casi con toda seguridad. Y eso se traduce en una pérdida mayor de tiempo y de dinero. Porque una vez que el rodaje ya ha empezado, la carga de trabajo diaria es muy alta, todo el mundo tiene prisa por ver los dailies, y no hay tiempo para hacer pruebas o corregir fallos en el flujo de trabajo a posteriori.
Otra mala práctica habitual, sobre todo en producciones cinematográficas, es dar de baja a los ayudantes de montaje en cuanto termina el rodaje. Se asume erróneamente que como ya está todo el material preparado, solo queda terminar de montar la película. Pero en las producciones actuales eso no es así. Con postproducciones cada vez más complejas y unos plazos de entrega cada vez más ajustados, además del montaje surgen muchas otras cosas durante las semanas que van desde el final del rodaje hasta que se aprueba el montaje final. Al final los montadores tienen que interrumpir su trabajo para realizar tareas de ayudantía “imprevistas”: enviar materiales promocionales, exportar premontajes, sacar algún plano de VFX urgente. La verdad es que no me parece muy inteligente ni económicamente rentable tener a un jefe de equipo encargándose de estas cosas. Y tampoco me parece justo que las productoras den por hecho que el ayudante estará disponible cuando se cierre el montaje y quieran incorporarle de nuevo para preparar los envíos a los diferentes departamentos de postproducción.
Por suerte, con la llegada de las nuevas plataformas (Movistar, Netflix, Amazon, etc.) y los cambios en la legislación laboral, nuestras condiciones de trabajo están mejorando y este tipo de prácticas se cuestionan cada vez más en la industria audiovisual. Esperemos que la crisis sanitaria que estamos atravesando en este momento no interrumpa esta tendencia, y nuestra profesión se valore y respete como se merece.