33# Premios del Cine Andaluz ASECAN 2021 MEJOR MONTAJE

Los días azules33# Premios del Cine Andaluz ASECAN 2021

El 30 de enero tuvieron lugar los 33º Premios del Cine Andaluz organizados por la Asociación de Escritores y Escritoras de Cine de Andalucía, ASECAN, en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. Laura Hojman y Guillermo Rojas han ganado en la categoría mejor montaje por el documental “Los días azules’ que además  obtuvo otros 5 premios del Cine Andaluz.

Laura Hojman es guionista y directora. Debutó en 2018 con “Tierras solares” un personal acercamiento a la figura del poeta Rubén Darío. En 2020 ha estrenado “Los días azules”, su segundo largometraje, centrado en Antonio Machado, que está teniendo un estupendo recorrido tras estrenarse en la Seminci, verse en los festivales de Sevilla, Huelva o Zaragoza y quedar finalista en los Premios Forqué. Es socia junto a Guillermo Rojas en Summer Films, una productora y distribuidora de cine independiente, de autor y documental. Guillermo Rojas, por su parte, es director, guionista, montador y productor de cine. Ha sido Berlinale Talents en 2018 y ha producido los dos documentales de Laura además de obras como “Mujeres, de Coque Malla” o “El Rayo”. En 2020 estrenó “Una vez más” su primera película como director en la que también ejerció de montador. 

En “Los días azules,  ambos han realizado el montaje y  además Laura ha sido la directora y guionista, y Guillermo el productor.

TRAILER OFICIAL

https://www.youtube.com/watch?v=IDkUqza3gmI

GUILLERMO ROJAS: ” Los días azules” es un documental precioso y necesario. Lleno de emoción. Una obra a la altura de lo que alguien como Antonio Machado se merecía. Creo que Laura ha logrado un trabajo estupendo, sin duda, lo mejor que hemos hecho desde la productora.

LAURA HOJMAN: Como directora y guionista, además de montadora, me gusta usar a los personajes para contar historias que trascienden a ellos. “Los días azules” es un documental sobre Antonio Machado pero también sobre nuestra historia como país y sobre la necesidad de la educación y la cultura como bases transformadoras de la sociedad.

GUILLERMO ROJAS: En el equipo de montaje sólo éramos dos, Laura y yo, aunque a veces hemos recibido algo de asesoría técnica externa porque nos lanzamos a montar la película en DaVinci Resolve sin apenas saber nada del programa.

Durante el rodaje no hicimos nada. Fue un rodaje que incluía mucho viaje y apenas tuvimos tiempo para nada más. Cuando lo terminamos y regresamos a Sevilla, al principio estuvimos un par de semanas durante esa fase tan desagradecida como esencial que es la de importar, ordenar y sincronizar el material. Después, Laura estuvo un mes o así simplemente visionando las entrevistas que habíamos hecho y eligiendo cortes asociándose por temáticas. El proceso real de montaje, cuando empezamos a cortar, pegar y a pelearnos cariñosamente vino un poco después. Tardamos en torno a tres meses en tener la película.

LAURA HOJMAN: Tanto Guille como yo, como productor y directora, estuvimos implicados en el rodaje, así que el proceso de montaje comenzó a posteriori.

Dejarla respirar para retomarla más tarde es algo que me hubiera gustado, porque después siempre veo cosas que se podrían haber afinado, pero por plazos de entrega con las televisiones no pudimos. Aún así, estoy muy contenta con el resultado y creo que conseguimos ese ritmo y cadencia que la historia requería.

GUILLERMO ROJAS: La dinámica de trabajo es codo con codo siguiendo el guion que Laura había escrito y en base a lo que se pudo rodar. En el documental hay una serie de secuencias que estaban muy marcadas de antemano y que sabíamos exactamente dónde iban a ir (el principio, el final, algunos poemas…). La dificultad radicaba en engarzar esas secuencias con el resto del material de manera orgánica sin perder lo que queríamos contar: que más que una película sobre Machado (que lo es) es un canto a la educación y a la cultura como pilares fundamentales del progreso.

LAURA HOJMAN: Como directora y guionista, para mí es fundamental trabajar también en el montaje, porque en un documental, es donde todo toma forma, donde se construye la película realmente. Guille y yo, a pesar de que a veces tenemos criterios muy diferentes, hacemos un equipo muy bueno, es la persona en la que más confío del mundo y, aunque más de una vez hemos dicho que nunca volveríamos a montar juntos, no concibo este trabajo sin él.

GUILLERMO ROJAS: Podríamos decir que la estructura general de la película se basa en una clásica estructura circular. Arrancamos con imágenes actuales de Collioure y mostramos qué hace hoy día la Fundación Antonio Machado de esa localidad del mediterráneo francés para preservar su legado y su memoria. Llegamos a ver la tumba del poeta y las cartas que le llegan cada día desde todos los rincones del mundo. Acto seguido, comenzamos un proceso de reconstrucción de su vida y volvemos a su infancia en Sevilla. Como si empleáramos un gran flashback para contar su historia de forma cronológica. Desde que es un niño hasta que anciano se exilia de España al final de la Guerra Civil. Solo volveremos a Collioure al final de la película para juntar los últimos días de la vida de Machado con un breve mensaje de esperanza hacia el futuro que recuerda el paraíso perdido de su infancia y que se concentra en el último verso que escribió en su vida: “Estos días azules y este sol de la infancia”. Un verso del que hemos extraído el título de la película. Para nosotros un punto clave en el documental era el momento intermedio del mismo en el que el poeta cambia radicalmente tras la muerte de su amada y como si de una revelación se tratase decide empezar a llevar lo que él mismo llamó una vida militante de soñar con los ojos abiertos. En ese instante deja de pensar en sí mismo y comienza a pensar en los demás y en mejorar su país.

LAURA HOJMAN: Tal y como dice Guille, es un viaje de ida y vuelta. El mismo título del documental, que está tomado del último verso de Machado “Estos días azules y este sol de la infancia”, alude a ello. El principio, Sevilla, y el fin, Collioure. El sol del exilio que recuerda al sol de los días felices, del paraíso perdido. Y desde ese mismo verso construimos toda la narrativa, en forma de viaje físico y vital.

Fotograma del documental: Tumba de machado

GUILLERMO ROJAS: Una de las claves que tuvimos siempre presente, y que ya trabajamos en “Tierras solares”, el anterior documental de Laura, es el ritmo pausado, el tempo necesario que cada secuencia necesita. Ese ritmo fundamental, que sumado a la música, el sonido, los poemas, las animaciones… y a toda la construcción fílmica de la propia película nos ayuda a transmitir emoción, el objetivo que queríamos conseguir por encima de todo.

LAURA HOJMAN: En un documental sobre un poeta, y sobre poesía, me gusta “obligar” en cierta forma al espectador a desconectar de ese ritmo frenético que llevamos y a parar para escuchar, sentir y dejarse llevar por lo sensorial y lo emocional. En las entrevistas, por ejemplo, me gusta ver las expresiones de quienes hablan, sus gestos, su forma de contar las cosas, por eso no soy partidaria de estar tapando todo el rato. Me gusta ver los ojos de Ian Gibson cuando se emociona o los gestos impetuosos de Francisca Aguirre. Para mí son detalles importantes que aportan mucha información a la historia.

LAURA HOJMAN: Tras terminar el montaje definitivo de “Los días azules”, nos encargaron uno de 59 minutos para un pase para el programa Imprescindibles de  TVE y confieso que sufrí muchísimo. Cada vez que tenía que cortar o eliminar fragmentos era como si me estuviera descuartizando a mí misma. Y sí, llegó un momento en el que decidimos cambiar la dinámica de trabajo y fue bastante mejor. Incluso quedé contenta con esta segunda versión.

GUILLERMO ROJAS: Fue muy difícil de lograr. Tiene casi un tercio menos de metraje y no queríamos renunciar al ritmo del que te hablaba antes. Ni al ritmo, ni a las secuencias de animación que tan caras son de realizar y que aportan mucho a la historia. Hubo que hacer un trabajo muy laborioso y duro. Es verdad que a mí me resultaba más fácil que a Laura hacer este proceso y llegó un punto en el que ella no soportaba estar en la sala de edición para cortar y cortar. ¡Es que había mucho que cortar! En este montaje, posterior a la versión de largometraje que se ha visto en salas o plataformas, trabajamos más en remoto. Ella daba indicaciones y yo en base a esas indicaciones probaba cosas y le hacía propuestas. Pero la decisión final siempre la tuvo ella.

Fotograma del documental: CALLE DE COLLIOURE

GUILLERMO ROJAS: La secuencia que me pareció más interesante de montar fue sin duda, el poema que recita Pedro Casablanc sobre la muerte de Federico García Lorca. Está montada de manera muy sencilla, solo con fotos de Lorca encadenadas muy sutilmente. No tiene nada más. Bueno sí, tiene una música preciosa de Pablo Cervantes que te destroza por dentro y un recitado por parte de Pedro Casablanc que te emociona hasta humedecerte los ojos. Hay sensibilidad, alegría, dramatismo, enfado, ira… Todo está ahí, en ese  minuto y medio. Todo lo que Machado y Lorca simbolizaban, esa esperanza y esa creencia en una sociedad mejor a través de la cultura que fue brutalmente cercenada por la maldad y la sinrazón del fascismo. Humildemente, creo que es de lo mejor que se ha hecho sobre Lorca nunca.

LAURA HOJMAN: La verdad es que cuando montamos ese poema de Lorca se me caían las lágrimas delante del ordenador. También es una de mis secuencias favoritas. Pero para mi fue muy especial la de la marcha de los hijos y nietos de los exiliados republicanos. Desde el principio supe que quería que fuera montada con la versión de Silvia Pérez Cruz. Para mí es un momento muy emocionante, y cuando terminamos de montarla, tuve la sensación de que habíamos hecho algo importante.

 

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